miércoles, 11 de abril de 2007

Sergio Bermejo Fernández / José López Garrido (Pareja 332)

CLÍNICA ( signos y síntomas)

- Dificultad para respirar a través de la nariz debido a la hinchazón y al sangrado

- Cambios en la sensibilidad y sensaciones en la cara

- Hinchazón alrededor de los ojos que puede ocasionar problemas de visión

- Visión doble

-Pérdida de dientes

El médico llevará a cabo un examen físico que puede mostrar:

-Laceraciones (rupturas en la piel).

-Hematomas alrededor de los ojos o ampliación de la distancia entre los ojos que puede indicar lesión en los huesos que se encuentran entre las órbitas.

Lo siguiente puede sugerir que hay fracturas de huesos:

-Un maxilar superior que se mueve cuando la cabeza está quieta

-Sensaciones anormales en las mejillas e irregularidades que se pueden sentir

-Se pueden realizar una TC de la cabeza.

Epidemiología y prevalencia

La principal causa de este tipo de pacientes politraumatizados son los accidentes de tráfico, en el 40% de los casos; seguidos por los accidentes domésticos con un 20% de la totalidad; las caídas casuales se presentan en el 14%; los accidentes laborales suponen un 3% y otras causas el 8% restante.

Existe un claro predominio por el sexo masculino presentando un porcentaje del 68%, con una edad media de 32 años y un rango de edad entre 20 y 45 años.

Pareja 339 JARANA / LIMA

GÉNESIS DE LAS ALTERACIONES OCLUSALES ASOCIADAS A LAS FRACTURAS DEL MAXILAR SUPERIOR:

En las fracturas faciales es muy importante el diagnóstico temprano a lo que contribuye notablemente el conocimiento de la oclusión dentaria ya que aproximadamente en el 49% de las fracturas aparece un compromiso oclusal. Éstas son las fracturas mandibulares y condileas, las fracturas maxilares (Lefort I, II III), las fracturas dentoalveolares y dentales, y las fracturas del arco cigomático. Todas ellas pueden interferir de modo directo en la oclusión y dar desde pequeños cambios, solo perceptibles por el propio paciente, a impedir la apertura o el cierre bucal.
Veremos más detenidamente las alteraciones producidas por las fracturas del tercio medio:

- Le fort I:
-Movilidad de la porción dento-alveolar del maxilar.
-El paciente suele tener la boca abierta para que los dientes no le contacten porque le produzcan dolor.
-Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.

- Le fort II y III:
-Mordida abierta anterior



Las alteraciones dentarias son una de las complicaciones más frecuentes aún tras la aplicación de la terapeútica adecuada debido a una inadecuada técnica en la alineación y reducción de los fragmentos óseos.

Con respecto a René Lefort y la publicación de su clasificación de las fracturas ya quedó todo dicho en las dos entradas anteriores, simplemente resaltar que realizó su primera publicación en 1901 tras un estudio realizado donde lanzaba cadáveres desde un segundo piso para ver las fracturas más frecuentes.

Celia Fernández de Velasco Tarilonte

Fracturas del maxilar superior.

EPIDEMIOLOGÍA
Los factores etiológicos fundamentales de las fracturas craneofaciales son los accidentes de tráfico (causa más frecuente), agresiones, traumatismos casuales, accidentes deportivos y laborales. Son más frecuentes en varones jóvenes

CLASIFICACIÓN
Las fracturas del tercio medio facial se clasifican en fracturas oclusofaciales (tipo LeFort, y/o sagitales), fracturas laterofaciales (cigomáticas), y fracturas centrofaciales (naso-etmoido-fronto-orbitarias). Por orden de frecuencia las fracturas cigomáticas (49% de todas las fracturas del tercio medio) serían las de mayor frecuencia de presentación, seguidas por las fracturas oclusofaciales (36%) y centrofaciales (15%, descontando las fracturas nasales aisladas).

Aunque las fracturas tipo Lefort no afectan exclusivamente al maxilar superior, con fines didácticos podemos hacer esta consideración ya que con ella se justifica la común maloclusión que las acompaña. Las fracturas de Lefort se pueden dividir en fracturas infracigomáticas (Lefort I y II) y supracigomáticas (Lefort III). La más frecuente de los tres tipos es el Lefort II, seguido por el LeFort I.

— Fractura tipo LeFort I o de Guérin. Es una fractura longitudinal del maxilar a nivel del suelo de las fosas nasales y de los senos maxilares, por encima de los ápices dentarios. La línea de fractura se extiende posteriormente a través de las paredes lateral y medial del seno maxilar hasta las apófisis pterigoides del hueso esfenoidal produciendo un paladar flotante.

— Fractura tipo LeFort II o piramidal. En superficie, el trazo fracturario puede afectar a los huesos propios (Fractura de Wassmund II), o pasar por debajo de los mismos (Fractura de Wassmund I). Los trazos derecho e izquierdo discurren inferior y lateralmente a través del maxilar atravesando los huesos lacrimales, pared interna de la órbita, fisura esfeno-maxilar y fisura cigomático-maxilar hasta llegar posteriormente al tercio medio de las apófisis pterigoides.Una fractura tipo LeFort II completa, disocia los maxilares de la cara y puede entenderse como un maxilar flotante.

— Fracturas tipo LeFort III o disfunción craneofacial. Superficialmente el trazo afecta a los huesos propios (Fractura de Wassmund IV) o no (Fractura de Wassmund III), continúa por la pared interna de la órbita (unguis, lámina papirácea del etmoides), pasa por detrás del agujero óptico (habitualmente indemne), y termina en el extremo posterointerno de la hendidura esfenomaxilar, rompiendo las apófisis pterigoides en su raíz. Lateralmente afecta a la articulación frontomalar así como al arco cigomático, por detrás de la articulación témporomalar. Una fractura completa disocia la cara del cráneo, provocando un desplazamiento de la misma hacia atrás y hacia abajo.Aunque las fracturas tipo LeFort se describieron inicialmente como bilaterales, pueden existir de forma parcial y unilateral.

— Fracturas sagitales o verticales. El trazo de fractura adopta una disposición vertical, separando ambos maxilares en su línea media o más frecuentemente de forma paramediana (Fractura de Lannelongue: disyunción intermaxilar). También es posible reconocer la existencia de fracturas en las que se combinan trazos horizontales (tipo Lefort) con disyunciones intermaxilares (Fracturas de Richet, Walther, etc.).

CLÍNICA
Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por:

Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.

Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.

Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.

No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

Las fracturas Le Fort II se caracterizan por:

Edema de los tejidos blandos del tercio medio.

Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.

Deformación notoria de la nariz.

Aplastamiento y alargamiento de la cara.

Dificultad al abrir y cerrar la boca.

Mordida abierta.

No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.

Las fracturas de Le Fort III se caracterizan en líneas generales por los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:

Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.

Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.

Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.

Rinorrea.

Movilidad de toda la cara.

Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.

TRATAMIENTO
Cobertura antibiótica y analgésica.
Vigilancia de la vía aérea, control de la hemorragia y remitir a centro especializado.
Si existe rinolicuorrea no realizar taponamiento nasal y prescribir tratamiento
antibiótico
En todas ellas esta indicada la administración profiláctica de antibióticos.

Fractura de Le Fort I. La clave del tratamiento de esta fractura es la fijación del fragmento maxilar a una mandíbula estable. Por lo tanto, toda fractura mandibular previa debe ser reducida y fijada con osteosíntesis.

La fractura debe ser desimpactada totalmente (para impedir la recidiva) con maniobras manuales o con la ayuda de los fórceps de Rowe-Killey. Los dos fragmentos del fórceps son situados en cada fosa nasal y en la cavidad bucal. La tracción se hace verticalmente mientras el ayudante mantiene firmemente la cabeza en posición. El cirujano se mantiene con los codos pegados al cuerpo y sostiene fuertemente las dos ramas de la pinza tirando progresivamente y efectuando pequeños movimientos a derecha y a izquierda para desimpactar. Se pueden utilizar los movilizadores de Tessier apoyándose sobre una o dos tuberosidades del maxilar. Con la reducción se debe poder restablecer la oclusión que tenía el paciente previamente a la fractura.

La inmovilización se puede realizar con un bloqueo intermaxilar que se mantiene entre cuatro y seis semanas. Mientras el paciente lleva la boca cerrada por el bloqueo, la alimentación será líquida. El paciente succionará los alimentos por el espacio retromolar. Tradicionalmente, para conseguir una mayor estabilización de la fractura, se asociaba al bloqueo unos alambres de suspensión con los que se fijaba la fractura maxilar a un punto estable más craneal en el esqueleto facial. Las suspensiones más utilizadas son el reborde infraorbitario, a la apertura piriforme o circunzigomáticas. Las suspensiones deben ser utilizadas con precaución en las fracturas conminutas, ya que pueden producir una pérdida de dimensión vertical del tercio medio de la cara.

Para conseguir una fijación de la fractura que disminuya o elimine las seis semanas de bloqueo intermaxilar hay que emplear osteosíntesis con miniplacas en los arbotantes verticales (pared lateral de la apertura piriforme y arbotante zigomático-maxilar). La utilización de miniplacas en forma de “L “ permitirá evitar lesionar los ápices dentarios.

Cuando exista una fractura sagital del paladar asociada se inmovilizará con miniplacas en el proceso alveolar y en el paladar. La utilización de una férula palatina de acrílico impedirá el colapso de los segmentos cuando las miniplacas no aporten la suficiente estabilidad.

Fracturas de Le Fort II. El tratamiento tradicional de estas fractura esta basado en los mismos principios enunciados para las de Le Fort I: desimpactación, reducción, restablecimiento de la oclusión previa y bloqueo intermaxilar. Se puede utilizar la suspensión circunzigomática, pero tiene los mismos inconvenientes que los comentados para las de Le Fort I. Es preferible la fijación rígida con miniplacas a través de incisiones en párpado inferior, vestíbulo labial superior y coronal.

Fracturas de Le Fort III. Los principios generales de tratamiento enunciados anteriormente son también aplicables para la disyunción craneofacial. Preferiblemente se debe realizar fijación rígida con miniplacas y reconstrucción de las zonas conminutas o defectos óseos de más de 5-7 mm con injertos óseos primarios.

Los injertos óseos son excepcionalmente efectuados en primera intención. Son utilizados si existen pérdidas de sustancia ósea a nivel de los pilares caninos, zigomáticos, a nivel de las paredes orbitarias, en caso de defecto de proyección malar, o sobre una zona de conminución fracturaria importante. Se utilizará de preferencia la cortical externa del parietal, fina pero poco maleable. Se puede también utilizar hueso iliaco monocortical o bicortical para los pilares y más raramente costilla dividida y modelada. El hueso iliaco y la costilla se reabsorben con el tiempo. Los biomateriales no reabsorbibles se deben evitar en las reconstrucciones traumatológicas de carácter séptico, sobre todo en las zonas próximas a las cavidades.

epidemiología tercio medio facial

NOEMÍ FERNÁNDEZ PINO y m mar gómez grueso


Respecto a la etiología de las fracturas del tercio medio facial, he encontrado en http://medigraphic.com/pdfs/trauma/tm-2002/tm023c.pdf

que las fracturas del tercio medio facial se han incrementado en los últimos años.Este es un artículo que se basa en los conocimientos de un

grupo de Cirugía Plástica de un hospital mexicano.

Aquí nos dice que el aumento de estas fracturas está relacionado con el modo de vida actual; es decir,que a medida que se han desarrollado los

medios de transporte y ha aumentado la violencia, ha aumentado la frecuencia de estas fracturas.El intervalo de edad ,por tanto es de 15 a 40 años,

ya que esta es la etapa de productividad media del hombre.Además,debido a la etiología de estas fracturas,el tratamiento suele ser llevado a cabo

por un equipo multidisciplinario que evaluará la envergadura de las lesiones.

En este estudio los datos reflejan que las fracturas por accidentes automovilísticos supusieron un 57%,los de agresión a terceras personas su_

_pusieron un 35.7% y un 7.1% se debieron a accidentes laborales.Este estudio reseña también que en gran parte de estos casos había intoxica_

_ción etílica.

Le Fort Belén Pérez Pérez/ Mª del Pilar Rivero Millán 347

CLASIFICACIÓN
Renè Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos, según el trayecto de la línea de fractura.

-Fractura de Le Fort 1: el trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.

-Fractura de Le Fort II (Fractura piramidal): la línea de fractura se extiende a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.

-Fractura de Le Fort III (Disyunción craneofacial): es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura pasa por la sutura nasofrontal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.

martes, 10 de abril de 2007

Isabel Mª Sánchez Ruz
Marina Sánchez Trujillo

1.GÉNESIS DE LAS ALTERACIONES OCLUSALES
ASOCIADAS A LAS FRACTURAS DE MAXILAR SUPERIOR.

Existen una serie de fracturas faciales las cuales provocarán ciertas alteraciones en la oclusión como: fracturas mandibulares, condileas, maxilares (Le Fort I,II,III), dentoalveolares y dentales y del arco cigomático. Se piensa que alrededor del 49 % de las fracturas faciales presentan una alteración de la oclusión.

Al hablar de un paciente con un traumatismo maxilofacial, no solo se verán afectados los huesos sino también los tejidos blandos y los dientes. Será durante la inspección del paciente cuando preguntaremos si nota algún tipo de cambio en su oclusión para a continuación comprobaremos que los dientes encajen, siempre teniendo en cuenta que la maloclusión puede ser previa al accidente.

Según un estudio realizado las principales complicaciones de las fracturas faciales son las alteraciones oclusales y las infecciosas. En la tabla adjunta se observa que las alteraciones oclusales aparecen más frecuentemente en las fracturas subcondileas seguidas de las del cuerpo y ángulo mandibular.




2.NOMBRE DE LE FORT

Réné Le Fort fue quien clasificó las fracuras faciales de ahí su nombre.
•Fractura de Le Fort 1: fractura horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afecta al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.
•Fractura de Le Fort II (Fractura piramidal):fractura a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.
Fractura de Le Fort III (Disyunción craneofacial):fractura a través por la sutura nasofrontal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.

Páginas de referencia:
http://www.ucmh.sld.cu/rhab/articulo_rev8/ocdent.htmhttp://www.secpre.org/documentos%20manual%2046.htmlhttp://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872002000500008&lng=es&nrm=iso/&tlng=es
HTTP://WWW.SECPRE.ORG/DOCUMENTOS%20MANUAL%2044.HTML
MARIA DEL CARMEN MONTERO ELIAS/SERAFIN MAZA 345


LEFORT.
Le Fort fue un cirujano que estableció las fracturas de los maxilares conocidas como fracturas de Le Fort estudiando cráneos y determinando los puntos más débiles del maxilar. Este tipo de pacientes son politraumatizados causados por agentes vulnerantes de alta energía. Esta publicación se realizó en 1901.
CLASIFICACIÓN
Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos, según el trayecto de la línea de fractura. La más grave es la Le Fort III, luego la II y por último la I.

• Fractura de Le Fort 1: el trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.
Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por:
- Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
- Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
- Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.
- No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

• Fractura de Le Fort II o fractura piramidal: la línea de fractura se extiende a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.
Las fracturas Le Fort II se caracterizan por:
- Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
- Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
- Deformación notoria de la nariz.
- Aplastamiento y alargamiento de la cara.
- Dificultad al abrir y cerrar la boca.
- Mordida abierta.
- No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.

• Fractura de Le Fort III o disyunción craneofacial: es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura pasa por la sutura frontonasal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.
Las fracturas de Le Fort III se caracterizan en líneas generales por los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:
- Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
- Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
- Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
- Rinorrea.
- Movilidad de toda la cara.
- Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.
MARIA DEL CARMEN MONTERO ELIAS/SERAFIN MAZA 345


LEFORT.
Le Fort fue un cirujano que estableció las fracturas de los maxilares conocidas como fracturas de Le Fort estudiando cráneos y determinando los puntos más débiles del maxilar. Este tipo de pacientes son politraumatizados causados por agentes vulnerantes de alta energía. Esta publicación se realizó en 1901.
CLASIFICACIÓN
Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos, según el trayecto de la línea de fractura. La más grave es la Le Fort III, luego la II y por último la I.

• Fractura de Le Fort 1: el trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.
Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por:
- Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
- Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
- Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.
- No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

• Fractura de Le Fort II o fractura piramidal: la línea de fractura se extiende a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.
Las fracturas Le Fort II se caracterizan por:
- Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
- Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
- Deformación notoria de la nariz.
- Aplastamiento y alargamiento de la cara.
- Dificultad al abrir y cerrar la boca.
- Mordida abierta.
- No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.

• Fractura de Le Fort III o disyunción craneofacial: es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura pasa por la sutura frontonasal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.
Las fracturas de Le Fort III se caracterizan en líneas generales por los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:
- Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
- Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
- Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
- Rinorrea.
- Movilidad de toda la cara.
- Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.
María del Carmen Montero Elías / Fco. Serafín Maza Solano. Pareja 345.

En cuanto a las alteraciones oclusales asociadas a las fracturas del maxilar superior hemos encontrado lo siguiente:
Fracturas Le Fort I: Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.
No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

Fracturas Le Fort II: Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
Deformación notoria de la nariz.
Aplastamiento y alargamiento de la cara.
Dificultad al abrir y cerrar la boca.
Mordida abierta.
No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos

Fracturas Le Fort III: En líneas generales son los mismos puntos enumerados en las fracturas Le Fort II a los que se le añaden lo siguiente:
Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
Rinorrea.
Movilidad de toda la cara.
Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.



Las complicaciones de las fracturas del maxilar superior son frecuentes, y encontramos: cicatrices antiestéticas y pigmentación cutánea, ensilladura nasal, alteraciones de la oclusión, laterodesviación mandibular o deformación del macizo facial, limitación de la aberturas bucal, alteraciones oculares y palpebrales como el ojo redondo, dolores secundarios periarticulares o del trigémino.


En 1901, Rene Lefort publicó los resultados de sus estudios en relación a las fracturas mediofaciales, donde enfatizó que el trauma severo de los tejidos blandos no era indicativo de fractura facial; más aún, podían existir fracturas faciales severas con trauma de tejidos blandos menor. Por frecuencia, los huesos nasales son los más comunes en las fracturas faciales, después se encuentra la mandíbula, en ésta, la mayoría de las fracturas se presentan en las ramas, donde la corteza es más delgada, el segundo lugar más común es el primero y segundo molares.
María del Carmen Montero Elías / Fco. Serafín Maza Solano. Pareja 345.

En cuanto a las alteraciones oclusales asociadas a las fracturas del maxilar superior hemos encontrado lo siguiente:
Fracturas Le Fort I: Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.
No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

Fracturas Le Fort II: Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
Deformación notoria de la nariz.
Aplastamiento y alargamiento de la cara.
Dificultad al abrir y cerrar la boca.
Mordida abierta.
No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos

Fracturas Le Fort III: En líneas generales son los mismos puntos enumerados en las fracturas Le Fort II a los que se le añaden lo siguiente:
Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
Rinorrea.
Movilidad de toda la cara.
Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.



Las complicaciones de las fracturas del maxilar superior son frecuentes, y encontramos: cicatrices antiestéticas y pigmentación cutánea, ensilladura nasal, alteraciones de la oclusión, laterodesviación mandibular o deformación del macizo facial, limitación de la aberturas bucal, alteraciones oculares y palpebrales como el ojo redondo, dolores secundarios periarticulares o del trigémino.


En 1901, Rene Lefort publicó los resultados de sus estudios en relación a las fracturas mediofaciales, donde enfatizó que el trauma severo de los tejidos blandos no era indicativo de fractura facial; más aún, podían existir fracturas faciales severas con trauma de tejidos blandos menor. Por frecuencia, los huesos nasales son los más comunes en las fracturas faciales, después se encuentra la mandíbula, en ésta, la mayoría de las fracturas se presentan en las ramas, donde la corteza es más delgada, el segundo lugar más común es el primero y segundo molares.

Moisés Rilo Sierra (Sin número de pareja)

Fracturas de LeFort

Las fracturas de Lefort se pueden dividir en fracturas infracigomáticas (Lefort I y II) y supracigomáticas (Lefort III). La más frecuente de los tres tipos es el Lefort II, seguido por el LeFort I.

— Fractura tipo LeFort I o de Guérin. Es una fractura longitudinal del maxilar a nivel del suelo de las fosas nasales y de los senos maxilares, por encima de los ápices dentarios. La línea de fractura se extiende posteriormente a través de las paredes lateral y medial del seno maxilar hasta las apófisis pterigoides del hueso esfenoidal produciendo un paladar flotante.

— Fractura tipo LeFort II o piramidal. En superficie, el trazo fracturario puede afectar a los huesos propios (Fractura de Wassmund II), o pasar por debajo de los mismos (Fractura de Wassmund I). Los trazos derecho e izquierdo discurren inferior y lateralmente a través del maxilar atravesando los huesos lacrimales, pared interna de la órbita, fisura esfeno-maxilar y fisura cigomático-maxilar hasta llegar posteriormente al tercio medio de las apófisis pterigoides.Una fractura tipo LeFort II completa, disocia los maxilares de la cara y puede entenderse como un maxilar flotante.

— Fracturas tipo LeFort III o disfunción craneofacial. Superficialmente el trazo afecta a los huesos propios (Fractura de Wassmund IV) o no (Fractura de Wassmund III), continúa por la pared interna de la órbita (unguis, lámina papirácea del etmoides), pasa por detrás del agujero óptico (habitualmente indemne), y termina en el extremo posterointerno de la hendidura esfenomaxilar, rompiendo las apófisis pterigoides en su raíz. Lateralmente afecta a la articulación frontomalar así como al arco cigomático, por detrás de la articulación témporomalar. Una fractura completa disocia la cara del cráneo, provocando un desplazamiento de la misma hacia atrás y hacia abajo.Aunque las fracturas tipo LeFort se describieron inicialmente como bilaterales, pueden existir de forma parcial y unilateral.
MARTA RAMÍREZ GONZÁLEZ Y ÁNGELA ORTIZ FERIA. PAREJA 350


Existen coincidencias entre los factores etiológicos del trauma maxilo-facial y general, caracterizado por suceder, principalmente, asociado a accidentes automovilísticos, riñas, accidentes deportivos y en el hogar.
El trauma facial aparece de 20 a 30% de la generalidad. Independientemente del tipo, pueden aparecer desde lesiones muy simples como excoriaciones, heridas o abrasiones hasta traumas más complejos como trauma extenso o fracturas, las que pueden comprometer la vida del paciente
1 -El trauma maxilofacial, en nuestro medio, se caracteriza por un predominio masculino y de trauma leve con 54%.
2-Existe 49% de fracturas, en las que aparece compromiso oclusal.

PUBLICACIÓN DE LEFORT
Lefort publicó su clasificación en su libro: Etude expérimental sur les fractures de la machoir supérieure.
Parts I, II, III. Revue de chirurgie, Paris, 1901 ( www.whonamedit.com)

ALTERACIONES OCLUSALES

Existen fracturas faciales que alteran la oclusión dentaria, por lo que es de importancia vital el conocimiento de éstas. Ellas son fracturas mandibulares y condileas, fracturas maxilares (Lefort I, II III), fracturas dentoalveolares y dentales, y fracturas de arco cigomático; mientras que otras no la afectan como fracturas nasales y fronto-orbito-nasoetmoidales. Las que participan de la oclusión pueden interferir de modo directo en ella y dar desde bruscos cambios de relaciones oclusales, pequeños cambios sólo perceptibles por la subjetividad del paciente o pueden, incluso, impedir la apertura o cierre bucal.
Los posibles problemas oclusales que podemos encontrar en las fracturas del tercio medio facial se deben a que principalmente las fracturas se producen en:
-Huesos nasales
-Condilo
-Cuerpo mandibular
-Tercio medio
-Reborde alveolar

En el caso de lo niños La mayor complicación que podemos tene es la ANQUILOSIS TEMPOROMANDIBULA cuando hay fractura de cóndilo y se puede producir por un problema de diagnostico o de mal tratamiento.
En el caso de los adultos podemos encontrar
- Deformación del arco dentario, se pierde la continuidad
-Movimiento en bloque de piezas dentarias: SIGNO PATOGNOMÓNICO, si tomamos un diente y otro en forma separada se mueven los dos
-Impotencia funcional, no se puede comer. Como se mueven las piezas a veces en servicios de urgencia se las sacan creyendo que eran prótesis.
-Desgarro mucosas lo que puede ocasionar problemas oclusales por molestia, incapacidad de cepillado, problemas en mucosa yugal, paladar , zona sublingual, encías...
-Mordida abierta anterior por tope molar posterior bilateral: Si nosotros le abrimos la boca a nuestro paciente tendremos una mordida abierta anterior, resultado del desplazamiento en bloque del tercio medio facial que se va hacia atrás, entonces van a tocar los molares. Esta mordida abierta anterior no es esqueletal, ni congénita generalmente es producida por el trauma

(Artículos publicados en internet)

Le Fort, Ángela Ortiz y Marta Ramirez (pareja 350)

Los factores etiológicos fundamentales de las fracturas craneofaciales son los accidentes de tráfico (causa más frecuente), agresiones, traumatismos casuales, accidentes deportivos y laborales.
Son más frecuentes en varones jóvenes.

Clasificación:

Renè Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos (según el trayecto de la línea de fractura):

- Fractura de Le Fort 1: el trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.

-Fractura de Le Fort II (Fractura piramidal): la línea de fractura se extiende a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.

-Fractura de Le Fort III (Disyunción craneofacial): es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura pasa por la sutura nasofrontal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.

Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
Las fracturas Le Fort II se caracterizan por deformación notoria de la nariz, aplastamiento, alargamiento de la cara y dificultad al abrir y cerrar la boca.
Las fracturas de Le Fort III se caracterizan por gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular y desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.

Le Fort

LEFORT.Le Fort fue un cirujano que estableció las fracturas de los maxilares conocidas como fracturas de Le Fort estudiando cráneos y determinando los puntos más débiles del maxilar. Este tipo de pacientes son politraumatizados causados por agentes vulnerantes de alta energía. Esta publicación se realizó en 1901.
CLASIFICACIÓN
Le Fort clasificó las fracturas maxilares en tres tipos, según el trayecto de la línea de fractura. La más grave es la Le Fort III, luego la II y por último la I.

· Fractura de Le Fort 1: el trazo de fractura es horizontal, por encima de los ápices de los dientes superiores, afectando al seno maxilar, al septum nasal, al hueso palatino y a la apófisis pterigoides del esfenoides.
Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por:
- Movilidad de toda la porción dento-alveolar del maxilar.
- Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
- Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro.
- No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

· Fractura de Le Fort II o fractura piramidal: la línea de fractura se extiende a través de los huesos propios nasales y el septum hacia abajo y hacia atrás por la pared medial de la órbita, cruza el reborde infraorbitario y pasa por el arbotante zigomático-maxilar.
Las fracturas Le Fort II se caracterizan por:
- Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
- Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
- Deformación notoria de la nariz.
- Aplastamiento y alargamiento de la cara.
- Dificultad al abrir y cerrar la boca.
- Mordida abierta.
- No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.

· Fractura de Le Fort III o disyunción craneofacial: es una verdadera separación de los huesos de la base del cráneo. El trazo de fractura pasa por la sutura frontonasal, por la pared medial de la órbita hasta la fisura orbitaria superior, de ésta a la fisura orbitaria inferior y por la pared lateral de la órbita hasta la sutura cigomaticofrontal y cigomaticotemporal. Hacia atrás se fracturan las apófisis pterigoides del esfenoides, normalmente a un nivel superior al que aparecen en las otras fracturas de Le Fort.
Las fracturas de Le Fort III se caracterizan en líneas generales por los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:
- Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
- Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
- Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
- Rinorrea.
- Movilidad de toda la cara.
- Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.

Francisco Serafín Maza Solano.
Mª Carmen Montero Elías.
David Mora Castilla y MªCruz Moreno Hidalgo

René Le Fort(1869-1951) fue un cirujano francés que estuvo ligado al ejército y cuya carrera investigadora estuvo directamente vinculada sobre el estudio de fracturas craneales. Dicho estudio lo realizó sobre cabezas de cadáveres, dando lugar a una clasificación de fracturas faciales:I,II y III.Este estudio le dio un gran prestigio a su carrera como cirujano y también en el ámbito de la enseñanza, siendo partícipe en ambas guerras mundiales.
• Fracturas del maxilar superior. Las fracturas del tercio medio facial se clasifican en fracturas oclusofaciales (tipo LeFort, y/o sagitales), fracturas laterofaciales (cigomáticas), y fracturas centrofaciales (naso-etmoido-fronto-orbitarias). Por orden de frecuencia las fracturas cigomáticas (49% de todas las fracturas del tercio medio) serían las de mayor frecuencia de presentación, seguidas por las fracturas oclusofaciales (36%) y centrofaciales (15%, descontando las fracturas nasales aisladas).
Aunque las fracturas tipo Lefort no afectan exclusivamente al maxilar superior, con fines didácticos podemos hacer esta consideración ya que con ella se justifica la común maloclusión que las acompaña. Las fracturas de Lefort se pueden dividir en fracturas infracigomáticas (Lefort I y II) y supracigomáticas (Lefort III). La más frecuente de los tres tipos es el Lefort II, seguido por el LeFort I.
— Fractura tipo LeFort I o de Guérin. Es una fractura longitudinal del maxilar a nivel del suelo de las fosas nasales y de los senos maxilares, por encima de los ápices dentarios. La línea de fractura se extiende posteriormente a través de las paredes lateral y medial del seno maxilar hasta las apófisis pterigoides del hueso esfenoidal produciendo un paladar flotante.
— Fractura tipo LeFort II o piramidal. En superficie, el trazo fracturario puede afectar a los huesos propios (Fractura de Wassmund II), o pasar por debajo de los mismos (Fractura de Wassmund I). Los trazos derecho e izquierdo discurren inferior y lateralmente a través del maxilar atravesando los huesos lacrimales, pared interna de la órbita, fisura esfeno-maxilar y fisura cigomático-maxilar hasta llegar posteriormente al tercio medio de las apófisis pterigoides.Una fractura tipo LeFort II completa, disocia los maxilares de la cara y puede entenderse como un maxilar flotante.
— Fracturas tipo LeFort III o disfunción craneofacial. Superficialmente el trazo afecta a los huesos propios (Fractura de Wassmund IV) o no (Fractura de Wassmund III), continúa por la pared interna de la órbita (unguis, lámina papirácea del etmoides), pasa por detrás del agujero óptico (habitualmente indemne), y termina en el extremo posterointerno de la hendidura esfenomaxilar, rompiendo las apófisis pterigoides en su raíz. Lateralmente afecta a la articulación frontomalar así como al arco cigomático, por detrás de la articulación témporomalar. Una fractura completa disocia la cara del cráneo, provocando un desplazamiento de la misma hacia atrás y hacia abajo.Aunque las fracturas tipo LeFort se describieron inicialmente como bilaterales, pueden existir de forma parcial y unilateral.— Fracturas sagitales o verticales. El trazo de fractura adopta una disposición vertical, separando ambos maxilares en su línea media o más frecuentemente de forma paramediana (Fractura de Lannelongue: disyunción intermaxilar). También es posible reconocer la existencia de fracturas en las que se combinan trazos horizontales (tipo Lefort) con disyunciones intermaxilares (Fracturas de Richet, Walther, etc.).
MªCruz Moreno Hidalgo y David Mora Castilla

CLINICA:
Las fracturas tipo Le Fort I se caracterizan por:
· Movilidad del maxilar superior
· Normalmente el paciente tiene la boca abierta para que los dientes no le choquen con los antagonistas y le produzcan dolor.
· Suele haber desviación de la línea media del maxilar y las piezas de un lado están más bajas que las del otro (cambios en la oclosión).
· No tienen ni equímosis ni edemas periorbitarios, pero suelen tener gran edema en el labio superior, ya que este suele estar lesionado.

Las fracturas Le Fort II se caracterizan por:
· Edema de los tejidos blandos del tercio medio.
· Equímosis bilateral periorbitaria y subconjuntival.
· Deformación notoria de la nariz.
· Aplastamiento y alargamiento de la cara.
· Dificultad al abrir y cerrar la boca.
· Mordida abierta.
· No hay movilidad de malares ni arcos zigomáticos.
Las fracturas de Le Fort III se caracterizan en líneas generales por los mismos signos ya enumerados en las de Le Fort II, a los que hay que añadir:
· Gran edema de la cara, que impide separar los párpados para explorar el globo ocular.
· Anestesia de las mejillas, con más frecuencia que en la Le Fort II, por afectación del nervio infraorbitario.
· Desplazamiento y movilidad de malares y arcos zigomáticos.
· Rinorrea.
· Movilidad de todo el tercio medio cuando se manipulan los dientes del maxilar superior.
· Obstrucción de vías respiratorias, por descenso del maxilar y, por lo tanto, del paladar blando.

Tras las fracturas podemos encontrar algunas complicaciones como cicatrices antiestéticas, pigmentación cutanea, alteraciones en la oclusión, latero-desviación mandibular o deformación del macizo facial, limitación de la abertura bucal....

Los estudios relizados por Le Fort en relación a las fracturas del maxilar superio fueron publicados en 1901.
Mª Cruz Moreno Hidalgo y David Mora Castilla

--> EPIDEMIOLOGIA Y PREVALENCIA <--
Las fracturas del maxilar superior son mucho menos frecuentes que las de la mandíbula, el malar o la nariz. El maxilar superior forma una gran parte de la estructura del tercio medio facial, se encuentra fijado al cráneo a través del arco zigomático y en su parte medial por la zona naso-etmoidal.
Los factores etiológicos fundamentales de las fracturas craneofaciales son los accidentes de tráfico (causa más frecuente), agresiones, traumatismos casuales, accidentes deportivos y laborales.
La mayoría de las fracturas de los maxilares ocurren en hombres en una proporción de aproximadamente 2:1, El mayor porcentaje de fracturas de los maxilares, ocurre en individuos en edades entre 20 y 35 años, los grupos de edades de 15 a 25 años y 30 a 40 años están próximos en frecuencia y presentan igualmente porcentaje promedio en la segunda década de vida.

lunes, 9 de abril de 2007

Pareja 341

Mª Teresa López Barros

Beatriz López Moya

En primer lugar aclarar quién fue Rene Le Fort. Fue un cirujano que perteneció al ejercito francés y que vivió entre 1869 y 1951. Realizó sus descubimientos experimentando sobre cráneos para determinar los puntos débiles del maxilar con el término de “línea de menor resistencia”. Así estableció los tres tipos de fracturas conocidos como Le Fort I, II y III y que ya han sido explicadas por nuestros compañeros. Los resultados de sus experimentos los publicó en 1901 en su obra “Etude expérimental sur les fractures de la machoir supérieure.”

En cuanto a las alteraciones oclusales asociadas a este tipo de fracturas hemos estado buscando y no hemos tenido buenos resultados. Hemos encontrado principalmente que se puede puede producir una mordida abierta anterior resultado del desplazamiento en bloque del tercio medio facial que se va hacia atrás, de manera que sólo contactan los molares. Además este tipo de traumatismos llevan asociados desplazamientos o fracturas a nivel de los dientes o dentoalveolares. Opinamos que para que este tipo de fracturas se produzcan el traumatismo tiene que ser muy intenso con lo cual, debido a la proximidad de los dientes a las línea de fractura de alguna manera deben verse afectados. Pensamos que fundamentalmente causarán movilidad al afectar al tejido de inserción del diente y en casos severos incluso pérdidas dentarias, pero es sólo una opinión.

Fuentes: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/entrez/query.fcgi?cmd=Retrieve&db=PubMed&list_uids=2025808&dopt=Abstract

http://www.whonamedit.com/synd.cfm/3144.html

www.sld.cu/galerias/doc/sitios/pdguanabo/capitulo_3_traumatismos_dentarios_y_faciales.doc

www.sld.cu/galerias/doc/sitios/pdguanabo/

domingo, 8 de abril de 2007

Bueno, parece que esto se va animando un pelín. Como se nota que os va el cortar y pegar.

Hacéis bien lo primero, la búsqueda de información, pero no lo segundo, el filtrado y selección, y ¿sabéis cuanta información se publica sobre Odontología hoy en día? Tanta que ni aún leyendo 24 h al día alcanzarías a leer siquiere la cuarta parte. Por eso es importante filtrar y seleccionar la información, no sólo cortar y pegar.

Como en cualquier trabajo, valoraré no sólo la amplitud, sino la adecuación a lo que se pide. Y claro, siempre es mejor contestar algo que nada (lo digo por los que aún no han participado).

Bueno, la clase es el miércoles, así que sólo os pido hasta entonces un par de cosas, pero muy específicas:

1.- Explicar la génesis de las alteraciones oclusales asociadas a las fracturas de maxilar superior
2.- Nombre de Le Fort
3.- Referencia de la publicación original donde presentó su clasificación

Bueno, a ver cómo se da esta tercera (y última) parte del blog. Por cierto, el miércoles, además de la clase, habrá alguna sorpresilla, no faltéis. Un saludo, Daniel.

sábado, 7 de abril de 2007

Moisés Rilo Sierra (sin número de pareja)

Esta información puede parecer muy poca en comparacion con la que ha sido publicada ya el blog, pero es la que tenía desde un principio y no pude publicar por no saber como iba el blog.
Aún así, como es concisa y clara... creo que merece la pena publicarla.

Como ya habeis recogido muchos de vosotros, la informacion que he recopilado también apunta a los traumatismos como principal factor etiológico de las fracturas del tercio medio facial. Hay tres tipos (I,II,III).

El tratamiento de estas fracturas ha cambiado radicalmente durante las dos últimas décadas, los conceptos tradicionales (intervenciones diferidas, incisiones mínimas, exposición limitadas de los fragmentos óseos, osteosíntesis con alambres de acero y bloqueo intermaxilar prolongado) han sido sustituidos por:

-Tratamiento temprano y en una sola fase de todas las lesiones de tejidos blandos y duros.
-Exposición amplia de todos los focos de fractura.
-Reducción anatómica precisa de todos los fragmentos y fijación rígida de los mismos con placas, miniplacas, microplacas y tornillos de titanio.
-Reconstrucción de los arbotantes verticales y transversales de los huesos faciales.
-Injertos óseos primarios para la reconstrucción de los segmentos oseos desaparecidos o conminutos.
-Suspensión del periostio y tejidos blandos para evitar el efecto de envejecimiento asociado con la desperiostizacion de grandes superficies del esqueleto facial.

jueves, 5 de abril de 2007

FRACTURAS LEFORT .339 LIMA/JARANA


Respecto a la primera cuestión sobre el nombre de Lefort, Según las paginas de Internet que hemos visitado lo hemos encontrado escrito de dos maneras: Le fort o lefort.

En cuanto a quien era lefort, hemos encontrado la misma información que en las demás publicaciones ya que ha sido difícil encontrar un poco mas sobre este profesor en Internet. Aún así comentamos que lefort fue un profesor francés que en 1901, para hacer un estudio de las fracturas más frecuentes que se producían lanzaba cráneos desde un segundo piso. Publicó las fracturas extendidas del tercio medio facial ósea cuando los rasgos de fractura comprometen el tercio medio facial en una extensión amplia., de forma bilateral.

Hay que comentar que la a clasificación de fracturas de la cara ha sido caótica; se pueden clasificar según los segmentos afectados, lo que da origen a las fracturas frontales, frontoorbitarias, centrofaciales, mandibulares, maxilares, maxilomandibulares, etc., pero la clasificación más conocida es la que propuso Le Fort a principios del s. XX, en la que se distinguen tres tipos de fractura de cara:

Tipo I: se llama también fractura en platillo o fractura transversal o de Guérin.l Esta fractura se localiza un poco por encima del nivel de los dientes; se caracteriza por una línea que se inicia por encima de la tuberosidad del maxilar superior y se dirige horizontalmente a terminar en los orificios piriformes.
Esta fractura incluye los procesos alveolares del maxilar superior, porciones de las paredes de los senos maxilares, los huesos palatinos y las porciones bajas del proceso pteriogoideo del esfenoides.
Así, son las que se producen sobre las raíces dentarias y se dirigen hacia atrás hasta la unión del pterigoides con el hueso maxilar.

Tipo II: llamado también fractura piramidal superior, es una fractura en forma de pirámide muchas veces se confunden con fracturas nasales; comprometen huesos propios, proceso ascendente del maxilar, reborde orbitario y luego desciende, siguiendo una trayectoria muy similar a la del Tipo I; se puede confundir con una fractura nasal simple, pero se diferencia por la movilidad.

Tipo III: llamada tambien disyunción craneofacial, es decir, el cráneo se separa del macizo facial. Es la más grave. Se produce cuando la fuerza traumática del impacto es suficiente para separar todos los huesos de la cara de sus uniones con la base del cráneo; esta fractura generalmente ocurre en accidentes de tránsito graves y se caracteriza por líneas de fractura a través de las suturas cigomático-frontales, maxilofrontales y nasofrontales. Sus líneas de fractura se completan pasando a través de las paredes de la órbita, del etmoides y esfenoides con completa se paración de todas las estructuras del tercio medio de la cara.

Los patrones clásicos de fracturas complejas como originalmente fueron descritas por LeFort se encuentran raramente en la práctica clínica. Ya hacia fines del siglo XX, el aumento de los accidentes automovilísticos provocó la aparición de muchas fracturas inclasificables, panfaciales, de alta energía, con compromiso de casi todos los huesos de la cara, lo que determinó que para mantener la clasificación de Le Fort se combinaran dos tipos, por ejemplo, Le Fort I más II o Le Fort I más Le Fort III, etc..


En nuestra opinión, el nombre de la clasificacion de lefort de los traumatismos es debido simplemente a la anatomia, es decir, debido a la situaciacion de los huesos ya que la relación del macizo facial con el cráneo no es plana ni horizontal, sino que hay una línea que va de adelante hacia atrás y de arriba hacia abajo, por lo que la relación es más bien triangular, de tal manera que todos los impactos y fracturas que comprometen el tercio medio de la cara causan un impacto en los huesos que va hacia atrás y hacia abajo, de ahí que las facturas siempre se hagan por los mismos sitios.

miércoles, 4 de abril de 2007

Isabel Mª Sánchez Ruz y Marina Sánchez Trujillo

ISABEL MARIA SÁNCHEZ RUZ y MARINA SÁNCHEZ TRUJILLO

PAREJA 348

El tercio medio facial es asiento de las siguientes fracturas

· Fracturas extendidas: Le Fort I, II, III

· Fractura cigomático malares

· Fracturas orbitarias

· Fracturas nasoetmoidales.

Fracturas extendidas:

( Fracturas de Le Fort) son fracturas que comprometen un conjunto de huesos del tercio medio y que lo afectan tanto en superficie como en profundidad.Esta nominación la hizo un profesor francés en 1901, para hacer un estudio con cadáveres de las fracturas más frecuentes que se producían. Lanzaba cráneos desde un segundo piso y publico las fracturas extendidas del tercio medio facial osea cuando los rasgos de fractura comprometen el tercio medio facial en una extensión amplia. La mayoría de estos pacientes, son pacientes politraumatizados, con gran compromiso del estado general y neuroquirurgico.

Fractura Le Fort III: es la mas grave de todas, ya que puede estar asociada a un gran compromiso craneoencefálico.Recorrido del rasgo de fractura: se inicia en sutura frontonasal y en forma bilateral afecta: apófisis ascendente del maxilar superior, unguis, pared medial de orbita, en hendidura esfenoidal el rasgo se divide en dos; un rasgo externo que compromete la pared lateral de la orbita y sutura frontomalar, extendiéndose hasta apófisis pterigoides; y otro interno y profundo que fractura el tabique óseo nasal.Características clínicas:

· Edema y equimosis periorbitaria bilateral

· Epifora

· Telecanto traumatico

· Rinodeformacion

· Aplanamiento facial (cara de plato)

· Falsa progenie mandibular

· Movilidad en block del tercio medio

· Rinorraquia, epistaxis nasal

· Mordida abierta anterior

· Escalones óseos frontonasal, frontomalar y zigomáticos

· Síndrome de hendidura nasal (se puede presentar cuando hay compromiso de hendidura esfenoidal)

Fractura Le Fort II o Piramidal.Recorrido: se inicia en sutura frontonasal, en forma bilateral compromete pared medial de la orbita hasta hendidura esfenoidal, de ahí un rasgo va: hacia delante por piso de orbita, comprometiendo reborde suborbitario, baja sorteando la apófisis piramidal y termina en apófisis pterigoides, y un rasgo profundo que fractura el tabique óseo nasal.Características clínicas:

· Edema y equimosis periorbitaria bilateral

· Telecanto traumático, rinodeformacion

· Epifora, epistaxis, rinorraquia

· Movilidad en block del tercio medio facial

· Hiperestesia del área inervada por el nervio suborbitario

· Escalones óseos frontonasal y suborbitario

· Mordida abierta anterior

Fractura Le Fort I.Es una fractura extendida baja, que compromete el maxilar superior.Recorrido del rasgo: espina nasal anterior y en forma bilateral el rasgo va hacia atrás sobre los ápices dentarios, termina en apófisis pterigoides.Características clínicas:

· Movilidad del maxilar superior.

· Alteración oclusal

· Hipoestesia geniana y labial (nervio suborbitario)

· Equimosis del vestíbulo superior y palatino

Fracturas cigomaticomalares.Comprometen la región lateral de la cara (pómulo), afectando el conjunto de huesos formados por el arco zigomático, malar o cigoma y maxilar superior.Características clínicas:

· Aplanamiento del pómulo

· Hipoestesia geniana (nervio suborbitario)

· Limitación de apertura bucal

· Hipoestesia de región inervada por nervio suborbitario

Fracturas orbitarias.Se describe que aproximadamente un 30% de las fracturas cigomaticomalares afectan la orbita, principalmente el piso orbitario, produciendo alteraciones que van a afectar la estática y dinámica del globo ocular.Características clínicas:

· Diplopía, enoftalmo

· Limitación de movimientos oculares

· Hipoestesia de región inervada por nervio suborbitario.

Fracturas orbitonasoetmoidales. Afectan la región central del tercio medio.Características clínicas:

· Rinodeformacion

· Telecanto traumático

· Rinorraquia, epistaxis, epifora

· Diplopía.

Fractura de la mandíbula.La mandíbula puede sufrir fracturas en:

Rama: condilo mandibular

Cuerpo: ángulo, lateral, paramediana y sinfisiaria.

Características clínicas:

· Asimetría facial

· Desviación de la mandíbula

· Limitación de función mandibular

· Alteraciones oclusales

· Signo de Vincent

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Se debe actuar en forma oportuna (creando conciencia en la población) para evitar las secuelas y complicaciones de las fracturas máxilo-faciales, teniendo en cuenta la edad del paciente, demora en el tratamiento, no colaboración del paciente (especialmente en los niños) y a una falla en la consolidación ósea, sobre todo en pacientes de edad avanzada, desnutridos, con alguna enfermedad sistémica concomitante o infecciosa.

Los traumatismos maxilo faciales han tenido un incremento importante en los últimos años, debido principalmente al aumento de los accidentes del transito, agresiones y hábitos de vida de las grandes y estresadas ciudades. Esto como consecuencia de la violencia en la que actualmente vivimos, contra la cual tenemos que luchar para conseguir reducir el número de traumatismos.

martes, 3 de abril de 2007

epidemiologia y prevanlencia.Mari Carmen Montero.

María del Carmen Montero Elías. 3ºB.



Etiología y epidemiología de las fracturas del tercio medio de la cara.


Edad Promedio: 22 años (rango de 2 a 79 años) Sexo: Masculino 80% Femenino: 20%Etiología: Agresión Personal: 45% Accidentes de Tránsito: 22% Fractura Simple: 75%. Fractura Mandibular: 33%Fractura de Sínfisis: 17,5%. Fractura de Ángulo: 15,5 %Fractura de Cóndilo: 14,5%. Fracturas Dento alveolares: 6,5%Fractura de Rama: 3,5 %. Otros: 9,5%

La mayoría de las fracturas de los maxilares ocurren en hombres en una proporción de aproximadamente 2:1, las razones probablemente estén relacionadas a un número mayor de conductores masculinos en el mundo y el mayor número de asaltos, involucra a adolescentes y adultos (hombres).
El mayor porcentaje de fracturas de los maxilares, ocurre en individuos en edades entre 20 y 35 años, los grupos de edades de 15 a 25 años y 30 a 40 años están próximos en frecuencia y presentan igualmente porcentaje promedio en la segunda década de vida.

En los países industrializados, donde existe un gran uso de vehículos, hay predominio de fracturas faciales aunados a fracturas mandibulares, mientras en los países tercer mundistas predominan las fracturas mandibulares solas o aisladas a causa de asaltos; y estos estudios dependerán del sitio donde se realizan, ya que según investigaciones de Olson y col. demostraron que los accidentes de tránsito representan el 48% de las causas de las fracturas mandibulares; y según Ellis y col. muestran que las causas por accidentes de tránsito representan el 15%, y por asalto en un 55%; esto de debe a que la primera investigación fue realizada en la Universidad de Iowa (Estados Unidos) donde domina una ciudad de autopista interestatales, en cambio el segundo estudio fue realizado en una ciudad de Escocia, donde existe una alta tasa de desempleo, consumo de alcohol, y menor uso de vehículos. Además influyen como accidentes de tránsito: los automóviles, bicicletas, motocicletas, pasajeros y peatones. Igualmente hay discrepancias en la localización de las fracturas, por que algunos autores lo describen por regiones, y otros en estructuras anatómicas específicas.

El 35% de las fracturas mandibulares ocurren en individuos en edades comprendidas entre 20 y 30 años, el grupo que le sigue entre 10 a 20/30 a 40 años con un porcentaje equivalente a 23% de cada uno. Después de los 40 años la incidencia comienza a declinar y solo un 3% ocurre en niños de 10 años. Las mujeres tienden a tener fracturas entre los 30 a 40 años y los hombre entre los 20 y 30 años.

A pesar de muchas variables que existen, no hay duda que los accidentes de tránsito y asaltos son las causas primarias de fracturas en el mundo.

¿QUIÉN FUE LEFORT?

Lefort fue un profesor francés que en 1901 estableció la clasificación de las distintas fracturas del tercio medio facial para hacer un estudio con cadáveres de las fracturas más frecuentemente producidas.
Lanzaba cráneos desde un segundo piso y tras sus estudios publicó las fracturas extendidas del tercio medio facial óseo cuando los rasgos de fractura comprometen el tercio medio facial en una extensión amplia.
Este tipo de fracturas se producen generalmente por agentes vulnerantes de alto impacto y de alta energía. La mayoría de estos pacientes, son pacientes politraumatizados, con gran compromiso del estado general (con compromiso de diferentes zonas del organismo como tórax, abdomen o extremidades) y neuroquirúrgico.
Existe una relación íntima del tercio medio facial (TMF) con la base de cráneo, encéfalo y con los órganos de los sentidos.
La más grave es la LEFORT III, luego la II y por último la I.


FRACTURAS LEFORT III O DISYUNCION CRANEOFACIAL

Se han catalogado como fracturas de la base del cráneo, porque se producen en la parte alta, en la unión de la cara con la base del cráneo (en todos los sentidos del espacio anterior, sagital y transversal.)
Es la más alta, si a esta fractura le adicionamos fractura bilateral de los arcos cigomáticos y teniendo en cuenta que esta fractura en su profundidad corta el tabique nasal vamos a tener lo que se llama una disyunción craneofacial, esto es la separación del tercio medio de la base del cráneo.
Los rasgos de fracturas son las zonas de menor resistencia y siguen una dirección, son las zonas fusibles del organismo para defenderse de una lesión mayor, por lo tanto al pegarse libera la energía antes que pase al encéfalo.

RASGOS DE FRACTURA

Normalmente esas fracturas se producen por un impacto frontal de gran intensidad, donde el rasgo de fractura se inicia a nivel de la unión frontonasal ; el rasgo va hacia medial en forma bilateral comprometiendo ambas paredes mediales orbitarias.
De ahí continúa hacia atrás y compromete a las masas laterales de etmoides, rompiéndolas y teniendo un paso directo a la base del cráneo y termina en el vértice orbitario en la hendidura esfenoidal y aquí el rasgo se divide en 2:

1.- Un rasgo interno: desde la hendidura esfenoidal va hacia abajo y adentro y fractura el tabique nasal ( produciendo movilidad) y todo lo que esta a su paso, hasta llegar a ambas apófisis pterigoides bilateral.

2.- Un rasgo externo: va hacia fuera y fractura la pared lateral de la orbita, donde esta el ala mayor del esfenoides, cara orbitaria del hueso malar y finalmente llega a la sutura frontomalar que es una zona de menor resistencia y de ahí se va hacia atrás hacia la tuberosidad, fracturándola y también fractura al mismo tiempo el arco cigomatico y termina en las apófisis pterigoides.
Estas fracturas no siempre se presentan con la fractura del arco cigomatico, pero cuando lo hace en forma bilateral se produce la disyunción cráneo facial.

Las características semiológicas más frecuentes son edema y equimosis, Epífora, epixtais, rinorraquia, telecanto, movimiento en block del tercio medio facial que es muy grave ya que los pacientes pueden quedar ciegos, además de otras muchas más pero la más grave es el Síndrome de Hendidura Esfenoidal: al comprometer esta hendidura esfenoidal va a alterar de manera importante los elementos anatómicos que se alojan ahí. Tendremos: oftalmoplegia, Iridoplegia, Hemorragia retrocular, Exoftalmo.

FRACTURA LEFOR II O PIRAMIDAL

Es una fractura lefort III pero más anterior, es un poco menos grave. El rasgo de fractura tiene forma de pirámide.
Este rasgo que llega a la hendidura esfenoidal. Se inicia en la unión frontonasal, pared medial de la órbita, afectando al unguis, apofisis ascendente del maxilar, masas laterales del etmoides, ala menor del esfenoides. Al llegar a la hendidura esfenoidal se divide en:
1.- Un rasgo interno: que también fractura el tabique nasal.
2.- Un rasgo que va hacia delante pasa por el piso de la órbita y baja por el surco nasogeniano bordeando el agujero suborbitario siguiendo la línea de menor resistencia que es la unión del maxilar con el malar y luego se dirige hacia atrás bordeando la tuberosidad y termina en la apofisis pterigoides en forma bilateral.

Aquí muchas veces el paciente está inconsciente, el paciente esta hospitalizado, pero de todas maneras el paciente tiene menos alteración de la conciencia estadísticamente.
Las características semiológicas más frecuentes son iguales a las de las anteriores excepto algunas salvedades como que en esta fractura muy pocas veces aparece el síndrome de la hendidura esfenoidal, es más prevalente este síndrome en las fracturas lefort III.

FRACTURA LEFORT I

Es la fractura más baja, intrascendente y de menor prevalencia Tiene poca repercusión general en el paciente, no es tan grave.
Esta fractura se produce por un golpe dado en la región nasal baja, en la espina nasal anterior, donde se inicia el rasgo de fractura que compromete en forma bilateral la región alta sobre los ápices dentarios, llega a la región de la eminencia canina, la rodea por arriba, no compromete las raíces, recorriendo el maxilar superior en forma bilateral hasta terminar en la apófisis pterigoides. Compromete internamente al tabique nasal
Todas las lefort terminan en las apófisis pterigoides, la lefort III, es más alta que la II y la I.
Las características semiológicas más frecuentes son Movilidad en block del maxilar superior, Hipoestesia del nervio suborbitario bilateral, Dolor en foco, Signo de GUERIN...
Puede aparecer un gran edema que se produce en la región palatina puede obstruir la vía aérea. Generalmente se ven acompañado de un trauma dentoalveolar.
El desplazamiento posterior es muy poco en la lefort I, porque el rasgo de fractura es mas bajo y no hay acción de los pterigoideos laterales, como ocurre en lefort III y II.



DISTRIBUCIÓN DE LOS TRAZOS DE LAS FRACTURAS

En cuanto a la distribución de los trazos de las fracturas, estas siguen siempre el mismo recorrido debido a la presencia de arbotantes de hueso compacto que forman un armazón protector en torno a las cavidades craneofaciales (órbita, cavidad oral, fosas nasales, senos paranasales) cuyas paredes son finas y frágiles en la mayor parte. Dichos arbotantes se encargan de distribuir las fuerzas a través del macizo facial y presentan una disposición estratégica en cada uno de los tercios faciales.