martes, 3 de abril de 2007


¿QUIÉN FUE LEFORT?

Lefort fue un profesor francés que en 1901 estableció la clasificación de las distintas fracturas del tercio medio facial para hacer un estudio con cadáveres de las fracturas más frecuentemente producidas.
Lanzaba cráneos desde un segundo piso y tras sus estudios publicó las fracturas extendidas del tercio medio facial óseo cuando los rasgos de fractura comprometen el tercio medio facial en una extensión amplia.
Este tipo de fracturas se producen generalmente por agentes vulnerantes de alto impacto y de alta energía. La mayoría de estos pacientes, son pacientes politraumatizados, con gran compromiso del estado general (con compromiso de diferentes zonas del organismo como tórax, abdomen o extremidades) y neuroquirúrgico.
Existe una relación íntima del tercio medio facial (TMF) con la base de cráneo, encéfalo y con los órganos de los sentidos.
La más grave es la LEFORT III, luego la II y por último la I.


FRACTURAS LEFORT III O DISYUNCION CRANEOFACIAL

Se han catalogado como fracturas de la base del cráneo, porque se producen en la parte alta, en la unión de la cara con la base del cráneo (en todos los sentidos del espacio anterior, sagital y transversal.)
Es la más alta, si a esta fractura le adicionamos fractura bilateral de los arcos cigomáticos y teniendo en cuenta que esta fractura en su profundidad corta el tabique nasal vamos a tener lo que se llama una disyunción craneofacial, esto es la separación del tercio medio de la base del cráneo.
Los rasgos de fracturas son las zonas de menor resistencia y siguen una dirección, son las zonas fusibles del organismo para defenderse de una lesión mayor, por lo tanto al pegarse libera la energía antes que pase al encéfalo.

RASGOS DE FRACTURA

Normalmente esas fracturas se producen por un impacto frontal de gran intensidad, donde el rasgo de fractura se inicia a nivel de la unión frontonasal ; el rasgo va hacia medial en forma bilateral comprometiendo ambas paredes mediales orbitarias.
De ahí continúa hacia atrás y compromete a las masas laterales de etmoides, rompiéndolas y teniendo un paso directo a la base del cráneo y termina en el vértice orbitario en la hendidura esfenoidal y aquí el rasgo se divide en 2:

1.- Un rasgo interno: desde la hendidura esfenoidal va hacia abajo y adentro y fractura el tabique nasal ( produciendo movilidad) y todo lo que esta a su paso, hasta llegar a ambas apófisis pterigoides bilateral.

2.- Un rasgo externo: va hacia fuera y fractura la pared lateral de la orbita, donde esta el ala mayor del esfenoides, cara orbitaria del hueso malar y finalmente llega a la sutura frontomalar que es una zona de menor resistencia y de ahí se va hacia atrás hacia la tuberosidad, fracturándola y también fractura al mismo tiempo el arco cigomatico y termina en las apófisis pterigoides.
Estas fracturas no siempre se presentan con la fractura del arco cigomatico, pero cuando lo hace en forma bilateral se produce la disyunción cráneo facial.

Las características semiológicas más frecuentes son edema y equimosis, Epífora, epixtais, rinorraquia, telecanto, movimiento en block del tercio medio facial que es muy grave ya que los pacientes pueden quedar ciegos, además de otras muchas más pero la más grave es el Síndrome de Hendidura Esfenoidal: al comprometer esta hendidura esfenoidal va a alterar de manera importante los elementos anatómicos que se alojan ahí. Tendremos: oftalmoplegia, Iridoplegia, Hemorragia retrocular, Exoftalmo.

FRACTURA LEFOR II O PIRAMIDAL

Es una fractura lefort III pero más anterior, es un poco menos grave. El rasgo de fractura tiene forma de pirámide.
Este rasgo que llega a la hendidura esfenoidal. Se inicia en la unión frontonasal, pared medial de la órbita, afectando al unguis, apofisis ascendente del maxilar, masas laterales del etmoides, ala menor del esfenoides. Al llegar a la hendidura esfenoidal se divide en:
1.- Un rasgo interno: que también fractura el tabique nasal.
2.- Un rasgo que va hacia delante pasa por el piso de la órbita y baja por el surco nasogeniano bordeando el agujero suborbitario siguiendo la línea de menor resistencia que es la unión del maxilar con el malar y luego se dirige hacia atrás bordeando la tuberosidad y termina en la apofisis pterigoides en forma bilateral.

Aquí muchas veces el paciente está inconsciente, el paciente esta hospitalizado, pero de todas maneras el paciente tiene menos alteración de la conciencia estadísticamente.
Las características semiológicas más frecuentes son iguales a las de las anteriores excepto algunas salvedades como que en esta fractura muy pocas veces aparece el síndrome de la hendidura esfenoidal, es más prevalente este síndrome en las fracturas lefort III.

FRACTURA LEFORT I

Es la fractura más baja, intrascendente y de menor prevalencia Tiene poca repercusión general en el paciente, no es tan grave.
Esta fractura se produce por un golpe dado en la región nasal baja, en la espina nasal anterior, donde se inicia el rasgo de fractura que compromete en forma bilateral la región alta sobre los ápices dentarios, llega a la región de la eminencia canina, la rodea por arriba, no compromete las raíces, recorriendo el maxilar superior en forma bilateral hasta terminar en la apófisis pterigoides. Compromete internamente al tabique nasal
Todas las lefort terminan en las apófisis pterigoides, la lefort III, es más alta que la II y la I.
Las características semiológicas más frecuentes son Movilidad en block del maxilar superior, Hipoestesia del nervio suborbitario bilateral, Dolor en foco, Signo de GUERIN...
Puede aparecer un gran edema que se produce en la región palatina puede obstruir la vía aérea. Generalmente se ven acompañado de un trauma dentoalveolar.
El desplazamiento posterior es muy poco en la lefort I, porque el rasgo de fractura es mas bajo y no hay acción de los pterigoideos laterales, como ocurre en lefort III y II.



DISTRIBUCIÓN DE LOS TRAZOS DE LAS FRACTURAS

En cuanto a la distribución de los trazos de las fracturas, estas siguen siempre el mismo recorrido debido a la presencia de arbotantes de hueso compacto que forman un armazón protector en torno a las cavidades craneofaciales (órbita, cavidad oral, fosas nasales, senos paranasales) cuyas paredes son finas y frágiles en la mayor parte. Dichos arbotantes se encargan de distribuir las fuerzas a través del macizo facial y presentan una disposición estratégica en cada uno de los tercios faciales.

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